Mi nombre es Danna, tengo 21 años y vivo en una vereda del Norte del Cauca. Estudio Administración de Empresas en Santander de Quilichao. Mi familia, compuesta por seis integrantes, ha sido un pilar fundamental en mi vida. Mi madre es ama de casa, mi padre trabaja como soldador empírico, y mis hermanas persiguen sus sueños académicos y enfrentan retos personales con valentía.

Desde los siete años, participé en los programas educativos del Instituto Ruhi. A los 15 años me convertí en maestra de clases de niños en mi comunidad y a los 16 dediqué un año al servicio comunitario. Posteriormente, fui coordinadora del programa educativo para niños y me uní al programa de Apoyo a Líderes Comunitarios de FUNDAEC, que me ha apoyado financieramente con mis estudios universitarios.

Mi vínculo con el programa Preparación para la Acción Social (PAS) comenzó cuando fui seleccionada como tutora, reconociendo mi potencial para liderar. Ha sido un proceso desafiante, pero gratificante. Al principio, reunir participantes fue complicado; pasé de tener un grupo reducido y fluctuante a consolidar un equipo de 12 jóvenes comprometidos.

Esta experiencia me ha enseñado perseverancia, paciencia y habilidades organizativas, transformándome en una persona más responsable y puntual.

He aprendido que los jóvenes necesitan apoyo para enfrentar los retos de su entorno y tomar decisiones acertadas. Ahora entiendo la importancia de trabajar con ellos para fomentar valores, desarrollar su potencial y fortalecer su papel en la comunidad. Ver a jóvenes inspirados por mi trabajo, como una niña que ahora es parte activa del programa PAS, me llena de orgullo y responsabilidad.

Mis sueños incluyen fortalecer el grupo PAS, promover el respeto, la alegría y la responsabilidad, y servir como ejemplo para mi comunidad. Además, deseo fomentar un vínculo más profundo con el campo. Antes, no sentía mucho amor ni fe hacia el campo, pero gracias a los textos que he estudiado y a lo aprendido en FUNDAEC y el programa PAS, he comprendido lo valioso que es vivir en armonía con la naturaleza, cultivar nuestros propios alimentos y compartir esa experiencia con los demás.

Creo que es fundamental que todos se sientan conectados con la hermosa labor de trabajar la tierra y servir a los demás. Estoy agradecida con FUNDAEC por iluminar mi camino y permitirme contribuir al desarrollo de mi comunidad mientras crezco como persona y profesional.