"Mi decisión de donar económicamente a FUNDAEC se basó en varias razones, entre ellas, el saber que las personas al frente de este proyecto estaban entregándose con sacrificio, no solo con dinero, sino también con su propio tiempo para avanzar en los objetivos del proyecto. El dinero es importante, pero nuestro tiempo es aún más valioso. Para mí, era evidente que los responsables de FUNDAEC en el pasado, y también ahora, han estado y seguirán plenamente comprometidos, involucrados y apoyando el programa de manera desinteresada para alcanzar sus metas. Todos ellos podrían haber asegurado un mejor futuro financiero dedicando la misma energía a proyectos personales, y sin embargo, eligieron entregar sus recursos más valiosos a este esfuerzo. Además, al observar los logros de esta iniciativa durante los últimos 50 años, era claro que el proyecto ha sido increíblemente exitoso, no solo desde una perspectiva espiritual, sino también desde una mirada comunitaria y concreta, mejorando la vida básica de las personas en las comunidades a las que busca servir. Por supuesto, tengo una conexión familiar indirecta con el proyecto, y quizá eso también influyó en mi decisión. Creo que todos los seres humanos tenemos un deseo innato de ayudar a nuestros semejantes y de dejar algún cambio duradero en el mundo después de partir. Espero que apoyar este proyecto me permita, aunque sea de manera remota, contribuir a ayudar a mis semejantes y dejar un impacto positivo en un mundo que, de otro modo, parece deteriorarse rápidamente. Tal vez esa sea la mejor manera de expresarlo: sentí que, de entre todas las opciones disponibles para ayudar al mundo económicamente, apoyar este proyecto era la más efectiva y la que mostraba evidencia de un éxito comprobado en el pasado."

"A medida que pasan los años, comprendemos que la verdadera felicidad no proviene de los regalos materiales, sino de la conexión con los demás y del impacto positivo que podemos generar en el mundo. Por eso, en lugar de recibir regalos de cumpleaños para nuestro hijo, decidimos apoyar a FUNDAEC, una organización que contribuye a una causa que nos importa profundamente: la educación. Esta decisión no solo nos permitió marcar una diferencia en la vida de otras personas, sino que también nos enseñó el valor del desprendimiento y la generosidad. Para mi hijo fue especialmente significativo; ese día entendió que cuando varios amigos se unen para un mismo propósito, se pueden lograr grandes cosas. En una sociedad donde el materialismo y el consumismo parecen dominar, es fácil perder de vista lo que realmente importa. Pero al elegir dar en lugar de recibir, recordamos que la verdadera riqueza no se mide por las posesiones materiales, sino por las conexiones que cultivamos y el impacto que dejamos en el mundo"